Existen una gran variedad de seguros especializados para las empresas, desde el de gastos médicos mayores hasta el de flotillas y muchos más. Todos se centran en proteger los recursos humanos y bienes de una compañía. Sin embargo, hay una póliza muy ignorada pero que puede ahorrar muchísimos problemas financieros: el seguro contra fraudes.

¿Qué es el fraude?

De acuerdo con el Código Penal Federal mexicano, el fraude es un acto ilegal realizado por una o varias de las personas físicas o morales que se encargan de vigilar el cumplimiento de contratos públicos o privados para obtener algún provecho perjudicando los intereses de otro. La principal característica del fraude es usar el engaño para obtener algún beneficio en perjuicio de otra persona o institución, como una empresa.

El panorama de los fraudes empresariales en México

En los últimos meses, las empresas estadounidenses han experimentado crecientes pérdidas económicas derivadas de fraude, ciberataques e infracciones de cumplimiento de contrato, así lo reveló la red de firmas multidisciplinaria de servicios de auditoría, impuestos y asesoría, KPMG.

Este estudio, realizado mediante una encuesta a 642 altos directivos de compañías en México, Estados Unidos y latinoamérica, reveló que el 43% de las empresas mexicanas han sufrido fraude externo en el último año y una tercera parte de los directivos mexicanos entrevistados esperan que este tipo de fraude aumente en este año.

Por último, pero no menos importante, pese al incremento de este delito, solo el 14% de las empresas mexicanas cuentan con programas para prevenir, detectar y responder ante el fraude y el 42% no hará cambios en su presupuesto para adoptar o mejorar sus medidas antifraude.

¿Cómo protege a las empresas un seguro contra fraude?

La cobertura básica de la póliza de seguro contra fraudes cubre las pérdidas de una empresa ocasionadas por fraude o acto deshonesto de algún empleado o de otra persona ajena a la compañía.

Entre los actos fraudulentos se encuentran:

• Falsificación de firma
• Alteración fraudulenta de dinero o valores
• Uso fraudulento de tarjetas corporativas
• Robo computacional
• Transferencia de fondos mediante hackeo

También se puede extender la cobertura de la póliza para que abarque los siguientes aspectos:

Honorarios legales. Son los gastos pagados por la empresa en caso de que se llegue a algún procedimiento judicial.

Uso de especialistas investigadores. Gastos derivados de la contratación de un especialista para investigar el fraude o acto deshonesto.

Costos de reconstitución. Costos de re-escritura o modificación de sistemas de cómputo y/o software donde sea necesario modificar los códigos de seguridad.

Entidades nuevas. Las compañías, subsidiarias o asociadas, constituídas o adquiridas por la empresa asegurada.

Desafortunadamente, la tendencia del último año marca un crecimiento en los fraudes cometidos a empresas, por ello, ahora más que nunca es importante estar protegido ante este delito.

En BROVE contamos con expertos en seguros contra fraude, quienes te asesorarán durante todo el proceso y buscarán la póliza perfecta para ti y las coberturas que necesitas para proteger al máximo tu compañía. Ponte en contacto con nosotros e imagina no sufrir por un fraude.

BROVE

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